En tiempos de pandemia y cuarentena irrumpen con fuerza las denuncias por hechos de violencia al interior de las familias. Una realidad muchas veces silenciada, relegada a la intimidad, a lo doméstico, que se acalla. Quizás por temor, quizás por vergüenza o dependencia, ya sea de orden emocional o económica, pero que surge hoy en día como una realidad social que no podemos continuar eludiendo ante el alarmante aumento en el número de casos en nuestro país. Esta situación incluso ha llevado a algunos a hablar de “la otra pandemia” y, por ende, nos obliga a reflexionar sobre este tipo de violencia, la que se inserta en un concepto más amplio llamado “violencia de género”, replanteándonos así el rol que debe asumir el Estado para su erradicación.